No strings attached.

Si eres un gran creyente en el amor y los cuentos de hadas, o si te gusta la idea de rescatar a alguien o ser románticamente rescatado por alguien, entonces deja de leer. Si eres es el tipo de persona que no está emocionalmente disponible para una relación seria, quieres permanecer soltero(a) y evitar compromisos por un tiempo; entonces bienvenido(a), toma asiento y disfruta.

A mis cortos veintiún años (casi veintidós) estaba aferrada a que una máxima en mi vida era encontrar el amor. Estuve limitada varios años por esa idealización de un romance y por los estereotipos que dicta la sociedad… hasta que me rompieron el corazón (me lo rompí yo también: responsabilidad compartida) y me quedé con poco (o eso pensaba). Así que, como contexto, he pasado de estar enamoradísima a desolada; de no tener rumbo alguno a… Bueno, sigo encontrándome. Llegué a Europa con el corazón pegado en pedacitos y con la simple mentalidad de: NO COMPLICARME.  Con esto en mente, les platicaré la historia de cómo conocí a Víctor. No es cierto, pero les contaré mi experiencia de vivir una relación «no strings attached«.

Víctor sí es importante, ja. Lo conocí a finales de agosto, un miércoles, en el bar más latino de todo Lyon. Era la primera vez que salía, en la ciudad que sería mi casa por cinco meses;  y para mi suerte fui con dos mexicanas súper divertidas y un catalán bastante alegre (mis mejores amigos de aquí). En fin, lo único importante de ésta noche es que sepan que sí, terminé en casa de Víctor; así como empieza Grey’s Anatomy (la one night stand de Meredith y Derek). Me desperté al día siguiente y pensé: esto es de una noche. Me pidió mi número y para empezar, jamás pensé que me volvería a buscar; y mucho menos esperé que terminaríamos viéndonos tres meses seguidos.

Desde un principio aclaramos que ni él estaba disponible emocionalmente, ni yo lo estaba. Chingón, los dos podríamos tener lo mejor de una relación pero sin etiquetas y compromisos; las caricias, los besos, los abrazos y lo mejor: buen sexo. La verdad que, para ser una persona que de chiquita era fan de La Bella y la Bestia y que siempre buscó tener algo como Lilly y Marshall Monica Geller y Chandler Bing, me súper aventuré al aceptar tener una relación sin formalidades; pero lo hice porque en ese momento era lo que quería y fue toda una experiencia.

Sin ir mucho a detalle, él es más grande que yo por MUCHOS años, entonces se imaginarán su experiencia… así que lo que les puedo decir es que maduré en aspectos personales y que aprendí mucho, MUCHO, de mi sexualidad y de, bueno, el sexo en sí. En fin, los primeros encuentros eran buenos, pero conforme pasaron los meses, todo fue mejorando. La situación se empezó a volver más y más apasionante cada vez que nos veíamos porque sabíamos que era lo que nos gustaba y que no. Por esa parte, estuvo increíble y es lo que me llevaré; y si este es el tipo de experiencia que buscan en su vida, les recomiendo que se avienten, porque aunque las (los) tachen de «putas», no tiene nada de malo explorar tu sexualidad con alguien que NO es tu pareja.

Jamás me interesó Víctor por su mentalidad o su madurez; todo lo contrario, era un hombre que no me enamoraba en lo absoluto y me empecé a fastidiar porque a toda costa quería convertir nuestra diversión en algo romántico. Por más que él dijo que no quería una relación formal de esto, sus acciones empezaron a demostrar lo contrario. Se empezó a volver un encuentro de cada lunes, que me preparara comida en su casa, ir a cenar, ir al súper, irme de viaje y tener mensajes de lo mucho que me extrañaba, escuchar sus gustos y sus dolores, conocer más y más de él; y no me mal entiendan, todo esto y el conocer a una persona en ese plan es de lo más padre, pero esto puede llevarte a la costumbre, y con la costumbre te involucras, y cuando te involucras creas ataduras, y las ataduras: son complicadas (justo lo que no buscaba).

Les he hablado mucho de él, pero… ¿qué quería yo de todo esto? No lo había mencionado porque dentro de la rutina por poco pierdo piso; pero, un buen día, me di cuenta que ya no me llenaba tener sexo sólo por tenerlo, que ya no quería dedicar parte de mi energía a eso y que exprimí esa experiencia al máximo. Así que, huí. Huí del hombre que (con todo y que es una buena persona y en ningún momento me trató mal) no me enamoraba. Me di cuenta de que estuvo buena y divertida mi etapa del meaningless sex, pero que no iba conmigo (ni con mi esencia) seguir haciendo algo meaningless. 

Llegué a la conclusión de que este tipo de relaciones valen la pena por la experiencia (y puede que sea JUSTO lo que necesitas en tu vida) pero pueden tornarse en complicadas y sin sentido. Estos meses me ayudaron a encontrar un punto medio entre mi idealización y mi valemadrismo. Ahora se que quiero encontrarme a esa persona que me encante tanto físicamente como mentalmente y se que no será lo más fácil, pero es POSIBLE.

Si eres es el tipo de persona que no está emocionalmente disponible para una relación seria, quieres permanecer soltero(a) y evitar compromisos por un tiempo, ahí te va un consejo: HAZLO, es padrísimo siempre y cuando tengas claro que NADA sale de una relación de no strings attached. En cambio, si eres la típica persona romántica pero te sientes desamparada: No te preocupes ¡Permítete soñar en grande sin abrumarte! Y si eres una persona que te identificas con mi ni tan tan, ni muy muy ahí te va: no te desgastes tratando de construir Roma en un día; ten una meta más inteligente, simplifica y prioriza.

«Good things come to those who wait»…NAAAAH… Las cosas buenas pasan cuando aprendes a verlas como experiencias y le sacas lo mejor. No se trata de buscar, sino de tomar la oportunidad y darle un sentido. Así que: ¡atrévete y vive!